IDENTIDAD
Favorecer la identidad implica tener conciencia de sí mismo, conocer y reconocer la historia personal y cultural. El proceso de construcción de la identidad de los niños y niñas permite el desarrollo de capacidades de autovaloración positiva, confianza y seguridad en sí mismos, como seres únicos e irrepetibles.
JUEGOS
El juego, como característica fundamental del niño y la niña, permite desarrollar la capacidad de expresión, creatividad, pensamiento, imaginación, sentimientos, emociones y comunicación, además de ayudarles a conocer el mundo y tomar conciencia de la realidad. A través de experiencias lúdicas, los niños aprenden a relacionarse socialmente dentro de su cultura, establecen vínculos con los objetos y entre las personas, internalizan conocimientos, valores y actitudes, y disfrutan creando, inventando y comunicándose.
APRENDIZAJE PARA LA VIDA
Favorecer aprendizajes para la vida implica aprender de manera significativa a partir de experiencias previas, internalizando nuevos conocimientos y utilizándolos en la vida cotidiana como constructores activos del aprendizaje.
SEGURIDAD
Desenvolverse en ambientes seguros implica tener experiencias de aprendizaje en un clima de afectividad, confianza, estima y respeto, lo cual permite recibir cuidados adecuados y oportunos para un desarrollo integral.
CREATIVIDAD
La creatividad, entendida como un proceso inherente al niño y la niña, necesita ser potenciada por el entorno en el que se desenvuelven. Este ambiente posibilita crear, recrear, descubrir, resolver situaciones problemáticas, experimentar y reinventar. A través de diversos métodos y técnicas, se estimula y favorece el proceso creativo de cada niño y niña.
AUTONOMÍA
La construcción progresiva de la autonomía implica que el niño y la niña tengan la oportunidad de ejercer su libertad, desarrollar su iniciativa para elegir, manifestar sus ideas y presentar sus propuestas. Esto les permite sentirse bien consigo mismos y contribuye a un buen desenvolvimiento y relacionamiento con los demás.
DIVERSIDAD
Aceptar y respetar las diferencias individuales de cualquier tipo permite que los niños y niñas aprendan a convivir con otros, desarrollando valores como el respeto, la tolerancia y la solidaridad.